En numerosas ocasiones, cuando hablamos de tipos de pizza, solemos referirnos a si nos gusta más la pizza clásica, la barbacoa, etc.
Rara vez nos paramos a pensar en las diferentes pizzas que nuestro cerebro tiene "catalogadas" para cada momento o estado de ánimo. Simplemente, llegada la ocasión, te acercas a tu local más cercano de Pizza Hut o haces una llamada para que te traigan una pizza a tu casa.
La realidad, suele ser mucho más compleja de lo que nosotros mismos queremos llegar a reconocer. Seamos sinceros, hay momentos en el que el cuerpo te pide más un tipo de pizza que otra. Nuestras emociones o estados de ánimo, influyen mucho más de lo que pensamos a la hora escoger una comida. Por ello, en Pizza Hut, hemos establecidos tres clases de "pizza" para cada momento.
Las que me sientan bien
Estas pizzas son aquellas que sientan bien en cualquier ocasión, independientemente de si has tenido o no un mal día en trabajo. Son aquellas, que cuando llega nuestro repartidor, le abres la puerta amablemente, sonríes e inhalas el aroma que sale de las rendijas de la caja, para ponerte más feliz. Un ejemplo, nuestra pizza Cheeseham o la Margarita.
Las que me sientan muy bien
Las pizzas que te "hacen muy bien", son aquellas que después de haber tenido un día un poco duro, te reconfortan el corazón. Por ejemplo, has resuelto varios imprevistos terribles en el trabajo, estas empezando a acatarrarte y, para colmo, llegas a casa empapad@ porque el diluvio universal ha decidido caer sobre ti, solo sobre ti. Esas son las pizzas que sientan de maravilla y son un "placer culpable" muy necesario.
Sin las que no puedo vivir
Las pizzas sin las que "no puedo vivir", son aquellas que se clavan en tu mente y no se van hasta que por fin las devoras. Un típico ejemplo sería: llevas una semana horrible, las siete plagas han decidido concentrarse en un tu persona y necesitas una pizza para saber que todo va a salir bien. El sonido del timbre, anunciando al repartidor, hace que te abalances hacia la puerta y le quites la caja de las manos. Los buenos modales para otro día. Hoy toca darse un respiro.